Todo es así,
siempre hay espacio para el arte,
para el silencio, la ceguera.
Esta bipolaridad, estos sentimientos
que suelen carcomer mi alma...
hoy la están alimentando.
Soledad y nostalgia:
la pareja más cursi y dulce del salón.
¡Flash! No paran de caer los rayos del cielo,
todo está oscuro
y de nuevo todo se vuelve Natural.
Hubiera amado salir a bañarme en la gran lluvia,
de no haber sido por esa rayería...
Tengo luz natural a oscuras.
Me la juego con mi existencia,
me duele el alma de tanto tiempo desperdiciado.
Esto me produce un sentimiento de necesidad.
Hace semanas no escribo, hace días no canto.
Hoy, eso ha vuelto a mí.
Bajé por un poco de ginebra, el olor me hizo pensar en la resaca del después.
Así que en la oscuridad me quedé, contenplando el jardín por la ventana.
Subí de nuevo a cantar observando la lluvia,
a escribir sin luz artificial, apenas el esplendor de los rayos me cubría la retina.
Me llené de pintura los dedos y coloreé las paredes del océano,
salpiqué el agua que corría por mi cuerpo y dancé
salí a mojarme en lluvia de mar y
la música salía de mis manos hoy.
Acá estoy, con mi bipolaridad
un rato en trance, un rato de desprecio y otro rato de extrema felicidad.
Bienvenido a mi mente.
Aunque hoy, ¡hoy fue un día eternamente bello y diferente!
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