21 jun 2009

cosas cosas...

Todos giran en torno al amor: toda película trata de un tema amoroso, las historias, el arte, las canciones... Al menos casi todo se basa en esto, ya sea amor de pareja, hacia la naturaleza, la música, la danza, la familia, las mascotas, cosas materiales, sistemas de gobierno, dioses, drogas, religiones, nosotros mismos, entre otros.
Hasta la persona que se sienta menos cómoda con el tema del 'amor' ha logrado encontrar ese balance en el cual aprende a que así es, ese sentimiento siempre ha existido y siempre existirá.

Las ilusiones de la mente pueden ser más poderosas que de costumbre. Muchas veces no se sabe si algo se soñó, se imaginó o simplemente pasó. Como el ver la plata de un collar estallar sobre el espacio en que se encuentra con una contextura casi igual al mercurio de un termómetro, y de repente se pestañea y todo fue simplemente producto de un efecto acuoso y viscoso de la canción que penetraba la mente por los oídos en ese peciso momento. La ilusión va en contra del tiempo, son enemigos, pero del tiempo nadie se escapa.

¿Por qué a veces recordamos nuestros sueños y a veces no? Aunque justo el momento en que vamos a despertar sabemos y entendemos lo que soñamos, pero al abrir los ojos... PUM... todo se disuelve por ahí, como si nunca hubiera pasado. ¿Será algo simbólico o puro juego mental?

Los constantes pensamientos hacen que la mente no deje de visualizar ideas que corren y corren... Tantas ideas que perdemos durante el día, durante la noche... tantas. Y luego le dicen a uno que por qué tiene tanta mierda en la cabeza, así lo obligan a uno a hablar o callar, y hasta a veces se atreven a matar la propia creatividad. No hay que dejarse manipular. Nada puede hacer que uno cambie su manera de ser (si es que uno así no lo quiere), aunque si es para un bien aceptable, todo tuanis.

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