El ser humano pretende obtener todas las respuestas a los problemas con tecnología y falsa información. El marketing vende en son a la generación verde, tendencia a una sociedad más “ecológica” pero, ¿qué tan cierto es esto? Muchos de los supermercados a los que vamos nos dan la opción de inclinarnos por un mercado semi-orgánico y de consciencia, sin embargo no debemos creernos todo lo que leemos en las etiquetas. Considero que la trazabilidad es un tema muy importante no sólo para garantizar que lo consumido lleva un proceso sanitario adecuado, si no para evaluar individualmente si los productos que compramos son realmente ecológicos o nada más aparentan serlo.
Existen muchas maneras de actuar de manera ambientalista, es increíble que hoy día, siglo XXI haya un gran porcentaje de la población que ignore este tipo de información. Ya no estamos en un momento de concientización ni de reflexión, ya es momento de acciones productivas. Tendemos a dar grandes discursos y hablar mucho sobre los demás, sobre el estado actual del planeta Tierra y del espacio. Se adentran polémicas en las distintas culturas como: ¿Hacia dónde van nuestros desechos sólidos? ¿Cómo puedo volverme más ecológico? ¿De dónde viene lo que consumo? Entre otras interrogantes sin respuesta definitiva.
La verdadera respuesta está en la naturaleza. Quien no haya experimentado lo que es ver un amanecer, un atardecer, un pájaro construyendo un nido, un árbol sembrado por nuestras propias manos y verlo crecer, una abeja polinizar una flor, sentir la brisa en la montaña o el sol en la playa, caminar descalzos en un río o admirar una catarata, quien no haya experimentado ese aire puro característico del medio ambiente, no ha vivido y jamás podrá entender el místico significado de la vida.
Vivimos en un sistema el cual nos niega el libre albedrío, tenemos leyes políticas y económicas que nos atan a un mundo injusto, consumista y de desperdicios. ¿Realmente lo que tiramos en el basurero de ‘plásticos’ se recicla? ¿Si apago la luz cuando no la estoy usando… causa algún impacto positivo? Pensamos en este tipo de preguntas únicamente cuando nos benefician el bolsillo. No actualizamos nuestros pensamientos ecológicos, los estamos desintegrando con tanta tecnología (que sin duda alguna tiene un aporte positivo para la humanidad, a pesar de tanto desecho producido y elementos químicos disueltos por el mundo con este tipo de productos).
Desgraciadamente, para quienes queremos ser ecológicos, llevar un estilo de vida más natural y consciente, la humanidad misma nos niega el derecho. Debemos pertenecer a una cultura que nosotros no hemos creado, nos la han legado con el paso del último siglo. Parece que toda la cultura ancestral y las verdaderas prácticas sostenibles quedaron en el pasado, en el recuerdo de muchas personas que ya no están, o en libros destruidos por el comején.
Pero como me dijeron una vez “a pesar de todo, ¡hay que seguir adelante!”. Podemos actuar de manera positiva con el ambiente, pero no ser 100% ecológicos. Para eso debemos volvernos ermitaños, artesanos, cazadores, agricultores y convertirnos en seres completamente autosuficientes, no es imposible, pero estamos tan acostumbrados a las comodidades que nos brinda la sociedad que… ¡es difícil alejarse de todo como lo conocemos hoy día! Pero como mencioné, no es imposible.
Se puede empezar siendo ecológico en nuestras cocinas: comprando productos orgánicos de la zona o región, prepararlos en casa y degustar una auténtica comida sin ningún costo extra. Evitar el consumo de botellas de agua, disminuir el uso de bolsas plásticas, y no depender tanto de las nuevas tendencias del marketing. No es necesario ser tan consumistas, compremos lo necesario y reutilicemos algunos materiales. Los frascos de vidrio, por ejemplo, nos sirven para almacenar jaleas caseras, salsas, dulces, o inclusive semillas criollas para sembrar en nuestra huerta del jardín (existe un método para convertir el frasco en un medio estéril y que dichas semillas perduren por años antes de ser sembradas).
Convivir con acciones ecológicas no es difícil, es cuestión de informarse y tomar la decisión de cambiar ciertas actitudes, comenzar a implementar lo que esté a nuestro alcance y vivir el cambio. No pretendemos convertir a la humanidad en “Sociedad Ecológica”, pero sí que muchas de sus acciones las comiencen a despedir para realizar un cambio masivo, muchas empresas no estarán de acuerdo con esto, pero producto de ellas es que hay tantos eventos dramáticos en la naturaleza. Si creemos en el Karma, debemos abrir los ojos y distinguir qué acciones estamos haciendo mal y procurar cambiarlas para bien. No vale la pena sólo meditar, debemos actuar por nuestra propia cuenta, compartiendo con quienes quieren recorrer el mismo camino.
La publicidad, los medios de comunicación y las redes sociales son excelentes para difundir información, pero debe hacerse inteligentemente, aprovechemos la tecnología para volver los documentos virtuales y no gastar tanto papel, pero tampoco olvidemos los buenos libros y las velas en la noche. No podemos depender tanto de la energía, a menos que sea energía solar y gracias a ella todas nuestras comodidades funcionen correctamente. Debemos volvernos más independientes de medios masivos donde el alma se degenera. Tornar la mirada más hacia lo natural y he ahí donde encontraremos todas las respuestas de cómo puedo ser más ecológico. El arte, por ejemplo, es una de las manifestaciones más completas para proyectar este sentimiento y respuestas provenientes del corazón natural, el verdadero corazón verde. Así que ánimos, cambiar para bien no es tan complicado.
Diane Rothschild
31/01/12
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