Desde hace unos 10mil años a. C, el ser humano descubrió la agricultura y la domesticación de los animales. Dicho proceso vino a cambiar el estilo de vida de la humanidad y comenzaron a crearse civilizaciones en pequeños pueblos con cabañas y demás métodos necesarios para la subsistencia y mantenimiento de sus trabajos.
Los nómadas utilizaban la caza como medio para consumir alimento, además de cosechar frutos silvestres. Al darse los primeros signos de agricultura, cereales principalmente, la humanidad descubrió la maravilla de que de una semilla surge un bello proceso que tiene como producto servir para alimentarse, así que decidieron sacarle provecho a ese nuevo conocimiento y así fue como nos volvimos sedentarios.
Al volverse sedentarios comenzaron los trabajos a separarse entre las familias, las mujeres y sus niños eran las que se encargaban de la agricultura, ellas eran quienes poseían el conocimiento sobre la germinación, generándose así una estrecha relación entre lo femenino con los ciclos lunares, la sangre y la fertilidad. Los hombres se encargaban de la construcción, los trabajos pesados y la caza.
Gracias a la unión del fuego con estos nuevos conocimientos de domesticación y siembra, se crearon nuevas herramientas, nuevos trabajos y nuevas maneras de implementar toda evolución en este ámbito, además de métodos de siembra como terrazas.
La agricultura llegó a marcar la historia de la humanidad, fortaleciendo así distintas ramas como la económica y social. Se realizaban rituales a los dioses por los frutos cosechados, se comenzó a fortalecer una cultura entre los distintos pueblos, se respetaba la Madre Naturaleza como facilitadora del milagro de la germinación y así crear alimento. La agricultura les daba vida y ellos agradecían de distintas maneras, además de formar parte de un estilo de vida y un proceso de evolución entre la sociedad.
Distintas formas de cultivar se dieron y al irse creando nuevas herramientas, se ampliaron más los pensamientos y los objetivos de las personas, comenzaron los negocios y a verse el alimento como un dote, una manera de pago. Con el implemento de nuevos cultivos comenzaron los trueques y así a divulgarse los alimentos por todo el orbe.
Muchas culturas mantuvieron su fuerte conexión con la importancia de la agricultura para el ser humano y la Tierra, pero con el paso del tiempo ciertas civilizaciones tomaron un camino más material, cegando así toda energía que interviniera en este milagroso proceso. Todo era no más que el dinero y la abundancia, la creación de armas, herramientas, evoluciones en esos distintos trabajos, lo cual generó mayores avances y conocimientos a la humanidad.
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