Queremos comprender al mar, y no le comprendemos;
queremos hallarle una razón, y no se la hallamos.
Es un monstruo, una esfinge incomprensible;
muerto es el laboratorio de la vida, inerte es la representación de la constante quietud.
Muchas veces sospechamos si habrá en él algo escondido
algo como una lección;
en momentos se figura uno haber descifrado su misterio;
en otros, se nos escapa su enseñanza
y se pierde en el reflejo de las olas
y en el silbido del viento.
-Pío Baroja